Se
escucha en la mañana tu ladrido
ansioso
de jugar, y tu alegría
ya desde
la primera hora del día
invita a
un matutino recorrido.
Eres
único, perro al que yo cuido
y me
cuida. Sin ti queda vacía
mi ánima
y corazón. Tu compañía
es una
parte a la que estoy unido.
Por ser
inseparable esta confianza,
por ser
un perro fiel, alegre y neto,
te
regalo este lúcido soneto
como
franco homenaje a nuestra alianza,
porque
mientras estés siempre conmigo
se
hallará junto a mí el mejor amigo.
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